Un Euro

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Paradojas de la vida pero el martes la vida me devolvió lo que unas horas antes me quitó. Toda la historia gira en torno a un mísero euro pero que en verdad tenía la llave de dos cosas importantes. De la taquilla del polideportivo y del carro de la compra. Increíble pero cierto, hay veces que sin un euro no puedes guardar tus enseres ni poder llevar un carro en el Eroski.

Y resulta que la gente hoy en día es muy ladrona. No sé por qué pero la palabra gratis o robar vuelve loca a la gente. Diablillos, pequeños saltamontes que en el vestuario me robaron el euro que colgaba de la taquilla. Mis amigos ni se dieron cuenta. Tampoco tiene importancia. Un euro ha podido hacer feliz a un pobre desgraciado con su existencia. Así que me fui sin mi euro.

Las compras para llenar la nevera. Muy importantes porque si no vas a por ellas no te vienen solas(te las pueden traer, es verdad). Resulta que no tenía cambios para coger un carro y una buena y amable dependienta me cedió un carro gratis con una moneda trucada que tienen en el Eroski. Menudo descubrimiento. Después de llenarlo hasta arriba y vaciar las bolsas en el coche decido…bueno decido…se me pasa por la cabeza lanzar el carro rodando y dejarlo medio tirado pero al final, pensando en ser buena gente, voy a dejarlo a la fila de carros y cuando voy a dejarlo…zas…mi euro en un carro. Había ido desde el polideportivo hasta el Eroski de Bolueta. Un euro.  Solo uno.

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